Atacameño
Corría el año 1899 y en el desolado paraje de Chuquicamata, una pequeña mina de cobre trabajaba incansablemente. Su minería era una actividad casi artesanal, insignificante en comparación con la riqueza del salitre
Una tarde de faena, los mineros llegaban con algo más que su carga habitual, esta vez traían consigo el cuerpo de un colega de hace 1500 años, quien se dedicaba en esos años a extraer atacamita. Dicho mineral lo llevaría a Calama o Chiu Chiu desde donde seguramente provenía, para que fuera fundido y convertido en hachas, cinceles, adornos y otros objetos para los miembros de su comunidad.
Este accidente fatal sería el inicio de una larga travesía que más de mil años después lo llevaría a ser el centro de una serie de especulaciones monetarias y a viajar más allá de nuestras fronteras. Ya que como muchos de nuestros tesoros nacionales su cuerpo fue a parar fuera de nuestro territorio, al Museo de Historia Natural de Nueva York, donde se encuentra hasta el día de hoy. (Fuente MNHN, De Calama a Nueva York, las desventuras del hombre de cobre.)
Con este pack “Atacameño” quisimos reivindicar su presencia en nuestro país, recordarlo como uno más de aquellos que forjaron nuestro origen, un espíritu que vale la pena conocer y rememorar. Y así, con la identidad nacional que nos brinda este mineral, quisimos homenajerlo.